En el mundo profesional se ha estado sobrevalorando en exceso la experiencia de las personas. Gran parte de lo que ahora sabemos no nos sirve para nada en un mundo de cambios brutales y aceleradísimos como el que estamos viviendo.
Está claro que las capacidades y los conocimientos acumulados durante nuestra trayectoria son un activo importante para desarrollar cualquier tarea, pero ni es un factor tan valioso, ni supone una garantía de éxito para el futuro.
Para tener una actitud confiada y sólida para emprender cualquier proyecto o trabajo de futuro, propongo repartir la gestión de las capacidades y los conocimientos a partir de la regla (aproximada) de los tres tercios:
1/3 de capacidades aportadas por nuestra experiencia: Lo que sabemos hacer, aprendido tanto de los estudios como de la práctica intensa durante nuestra trayectoria hasta el día de hoy. Aquí necesitaremos poder consolidar la parte más útil que nos aporta nuestra experiencia, desestimando aquello que no nos sirve demasiado o, incluso, estando alerta para que lo que sabíamos hacer tan bien, no se convierta en un factor limitador y un freno mental para poder estar abiertos a las nuevas necesidades y la innovación que vendrá.
1/3 de capacidades totalmente nuevas, que deberemos aprender e incorporar para poder estar preparados ante los nuevos retos que se nos plantearán en el futuro hacia el que nos dirigimos, que muy a menudo, poco tienen que ver con cómo se hacían las cosas hasta ahora. Aquí tendremos que estar constantemente abiertos a aprender nuevas cosas con pasión, humildad y apertura de mente. Olvidarnos de aquella expresión clásica que dice "esto siempre se ha hecho así", y entender que el cambio no es la excepción, sino la norma, y a la vez una fuente inmensa de oportunidades.
1/3 de capacidades desconocidas y, por lo tanto, no podemos ni estudiar, ni entrenar, ni preparar de ninguna forma; pero que se nos requerirán seguro cuando estemos en medio de la gestión de los nuevos retos. Tendremos que ser capaces de improvisar un aprendizaje inmediato, en directo, sobre el terreno, totalmente imprevisto, pero igualmente esencial para poder avanzar. Maximizando la confianza en nosotros mismos, nuestra curiosidad y nuestra capacidad para adaptarnos a cada nueva situación.
Así pues, quizás sí que la fórmula del éxito para poder trabajar, emprender o liderar cualquier tipo de proyecto, es bien sencilla:
CAPACIDADES REQUERIDAS = 1/3 EXPERIENCIA + 1/3 NUEVOS APRENDIZAJES + 1/3 ADAPTACIÓN Y DESARROLLO SOBRE EL TERRENO
Experiencia! 100% – saber hacer de libro vale casi zero, lo que realmente cuesta para hacer algo = vale todo.
Queda implícita però no explícita l’actitud. La fórmula de l’èxit ha d’incloure l’apreciació (veure el got mig ple enlloc de mig buit, o com va dir algú, mig got per omplir). Com que ja saps que estic immers en un món ARC, tampoc m’imagino l’èxit sense la capacitat de resiliència i tampoc me l’imagino en una persona egocèntrica i egoïsta.