Estos días se disparan con ametralladora felicitaciones para las fiestas y para el próximo año que está a punto de empezar.  Seguro que las intenciones son positivas, pero es más una costumbre y una acción automática y, a menudo, poco profunda, que no una reflexión y un propósito serio de lo que supone enfocar un nuevo ejercicio.

Por ello, no quiero quedarme en una frase bonita, endulzada y típica para desearte un feliz año nuevo, y prefiero provocarte y aportarte alguna cosa que quizás te será más útil y que, al final, seguramente te permitirá que realmente sea un año feliz.

Te deseo que este año intentes acercarte a un alto nivel de coherencia entre lo que piensas o dices, y lo que haces; entre lo que te importa y lo que te propones; entre lo que realmente te gusta y te hace feliz, y dónde dedicas tus esfuerzos.

Te deseo que dediques la mayoría de tu energía en buscar razones o motivos para luchar por tus propósitos, en lugar de excusas para justificarte ante una renuncia o el no perseguir lo que quieres.

Te deseo que seas siempre consciente de que todo lo que haces para perseguir tus objetivos, también tiene un efecto hacia los demás (familia, colaboradores, y sociedad en general), y hacia el medio ambiente.  Y al ser consciente de ello, actúes luego con la responsabilidad que correspondería.

Te deseo, en definitiva, que sean cuales sean tus proyectos para este nuevo año, asumas su liderazgo.  Tanto en las pequeñas como en las grandes decisiones, eres tú el que tiene que decidir el rumbo a tomar, bien sea para perseverar, bien para rectificar, para abandonar, para evitar o para lo que convenga.

No son tiempos sólo para adaptarse al cambio, sino para liderarlo.  Estudia y conoce la realidad, adaptándote a las incertidumbres que te vaya presentando la vida, pero no te obsesiones con ellas y céntrate en lo que sí depende de ti, que es la mayor certitud que puedes tener.

Nadie sabe cómo será el próximo año, pero tu seguro que sabes cómo quieres que sea.  Depende básicamente de ti que sea un gran año.

Así pues, al enfocar el nuevo año, no lo esperes, no lo sueñes, no lo sufras, no lo desees… ¡LIDERALO!

Te deseo una gran capacidad de liderazgo personal para que tengas un 2014 muy feliz.