EMPRENDER O NO EMPRENDER… ESTA ES LA CUESTIÓN

Bon & Petit

Si un hijo llega a casa y le dice a sus padres que ha encontrado un trabajo fijo en una empresa de prestigio, o ha ganado una plaza de funcionario, o algo similar, será un día de celebración y felicidad para toda la familia.  Pero si un hijo llega a casa y explica que ha decidido dejar el trabajo o no buscar trabajo porqué quiere montar una empresa, será un día triste, de preocupación y desilusión para todos.

La idea de que la felicidad está en la seguridad y el minimizar la incertidumbre está muy presente en nuestra sociedad, y por ello todo el mundo desea estabilidad y comodidad para sus cachorros.  Esta es la cultura dominante y en la que hemos educado a nuestros jóvenes.

Yo he explicado este razonamiento decenas de veces en conferencias de emprendimiento, y estaba convencido que era diferente, pero descubrí hace poco que la epidemia del conformismo y aversión al riesgo como modus vivendi es una plaga tremendamente extendida en nuestra sociedad, que se cuela incluso en los que, como yo, somos apóstoles de la emprendeduría.

A finales de año, mi sobrina Marta, con quien mantengo una relación excelente, con quien he compartido muchas cosas, y a quien quiero y considero como si fuese hija mía, me solicitó mi opinión sobre un tema.  Nos sentamos tranquilamente y me expuso su plan para montar una empresa dónde darían un servicio novedoso de menús seleccionados tipo cestas de productos a domicilio, con los ingredientes exactamente seleccionados en calidad y cantidad, para que el usuario se pudiese preparar fácilmente su comida.  Para ello dejaba un buen trabajo en una reconocida consultoría de formación, dónde estaba muy bien considerada y tenía una proyección bastante clara.

Lo reconozco:  me quedé bloqueado.  Sólo pude responder que me diese tiempo para pensarlo y que le daría mi opinión en unos días porqué necesitaba madurarlo.  Pero en realidad, me había pasado exactamente aquello que tantas veces había denunciado en mis charlas.

No podía evitar pensar porqué demonios mi sobrina quería embarcarse en una aventura tan incierta, con una base tan poco sólida y con un coste de oportunidad tan alto a su edad y con su formación.  Tenía 24 años, una carrera de prestigio (ESADE), hablaba 4 idiomas, buena presencia, gran capacidad de comunicación y liderazgo (delegada de clase durante toda la carrera), y unas clarísimas oportunidades para trabajar en una gran empresa y hacer una carrera prestigiosa y/o internacional.  Y ahora quería tirar a la basura todos estos activos para montar un chiringuito dónde sería la presidenta, directora de marketing, vendedora, community manager, jefa de informática, responsable de producción y distribución, experta en administración y fiscalidad, mujer de la limpieza y no sé cuántos cargos más…

Me costó reaccionar, pero al final, llegué a la conclusión de que era el tío más afortunado del mundo, que quería que mis hijos fuesen valientes como ella, que le tenía que dar todo mi apoyo, y que era de admirar que alguien que podía escoger un tipo de vida mucho más fácil en el corto plazo, con una tarjeta de visita bien chula de una empresa guai, con un sueldo muy correcto y una cierta seguridad que le permitiese vivir a tope esta etapa de la juventud, hubiese escogido el camino de hacer su propio proyecto y pagar el precio de tirar adelante su propia empresa.

No sé si le acabará saliendo bien o no este tema, pero lo que sí sé seguro es que está demostrando una gran capacidad de liderazgo personal, y que está sentando las bases para tener un carácter y una actitud potente para encarar el éxito tanto en la vida personal como profesional.  Lo que aprenderá en esta etapa será mucho mejor que todo lo que puede aprender en cualquier otro trabajo y lo que ha aprendido en la universidad; y vaya bien o no, constituirá una plataforma de lanzamiento hacia un futuro que ella ha decidido crear y descubrir, sin resignarse a alquilar a otros todas sus energías, ilusiones y esfuerzos para llevar a cabo proyectos que no son los suyos.

Y si ahora tiene miedo de intentar luchar por sus sueños, estando soltera y teniendo unos costos de estructura personal muy ajustados, imaginaros el miedo que tendrá si llega a tener una familia y unas obligaciones muy superiores.  Si lo tiene claro y no se atreve ahora, siempre más vivirá con miedo y hará de la cobardía la estrategia troncal de su vida… y cuando esté hasta el culo de trabajar para aquella multinacional que explota sus capacidades, o esté en una situación de precariedad laboral por problemas con la empresa contratante, o vea directamente que no es feliz con su trabajo, le costará muchísimo decidirse por un gran cambio o por arriesgarse a montar su propio proyecto.  Y entonces, seguramente podría pensar: "¿por qué no fui valiente a los 24 años para lanzarme a tirar adelante aquella idea loca que tenía?"

El pasado mes de enero, Marta y su socia Rochelle pusieron en marcha su proyecto emprendedor: BON & PETIT … Yo nunca hago publicidad de ninguna empresa concreta en mis POSTS, pero en esta ocasión lo hago descaradamente, y os pido que visitéis su web (www.bonandpetit.es) y, si lo creéis oportuno, probéis sus productos.  Son muy buenos, y responden a una necesidad muy concreta, cubierta de una forma muy práctica y novedosa.

Marta es uno de tantos ejemplos de un colectivo cada vez más numeroso de jóvenes con talento y formación, que ven que emprender también es una alternativa, como mínimo, tan válida como poner las propias capacidades al servicio de los proyectos profesionales de otros.   Al fin y al cabo, aunque los riesgos que se asumen son altos, son muy pequeños ante el riesgo enorme de no vivir la vida que uno quiere realmente.

Felicidades sobrinita, te quiero y te admiro…

Por |2018-02-06T17:21:56+01:004 de mayo de 2014|General|Sin comentarios

No hay comentarios

  1. Sergi Corbeto 5 mayo, 2014 en 12:28 - Responder

    Yo fui jefe de Marta en esa consultoría… y doy fé de que pocas veces he tenido sentimientos tan contradictorios: enorme tristeza y anticipada melancolía por una colaboradora que se iba, una amiga que nos dejaba y un tremendo orgullo por verla empezar «con-dos» la aventura en Bon & Petit… aunque con Tíos así lo normal es que nos saliera aventurera y exploradora… y como mola cocinar y comerse lo que te traen a casa… todos a probarlo!

  2. Alex 5 mayo, 2014 en 10:03 - Responder

    Boníssim!

  3. Marisol 5 mayo, 2014 en 01:36 - Responder

    Ho has expressat «perfecte» Albert, comparteixo totes las teves paraules.

    Marisol

  4. Marta 5 mayo, 2014 en 00:01 - Responder

    Wooouuu!! Sin palabras Albert! Cuando te tiran estos piropos, y más alguien a quien admiras, te entran aun más ganas de luchar y seguir hacia delante para hacer de esta aventura un éxito.

    ¡GRACIAS!

    M.

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